Sin embargo, y a pesar de las políticas para la igualdad en el trabajo planeadas desde Europa y España, hemos podido ver en el informe presentado por UGT en febrero de 2015 la brecha salarial entre géneros ha alcanzado las cotas más altas desde 2007. Cada vez más, las mujeres perciben menos salario respecto a los varones por un mismo trabajo y, lo que es más alarmante, son contratadas de forma precaria, es decir, mediante contrato temporal. En Europa, la brecha salarial sigue siendo un grave problema, incluso en países como Alemania, donde, de media, las mujeres ganan un 16,4 % menos que los hombres por hora de trabajo.

Una de las estrategias llevadas a cabo por los gobiernos europeos y estadounidenses para acortar la brecha salarial es la de promover el emprendimiento en la mujer. Es cierto que en España ya las mujeres emprenden más que los hombres, datos que se desprenden del Observatorio del Clima Emprendedor. En 2014, de los cerca de 30.000 autónomos que se dieron de alta, más de 20.000 eran mujeres, es decir, la mayoría de los proyectos empresariales han sido creados por mujeres, y los datos nos muestran cómo, año tras año, ese índice aumenta en un 15%. Además, sabemos que el nivel de éxito entre mujeres y hombres empresarios es prácticamente el mismo.

No obstante, solo un 10% de las mujeres empresarias lideran empresas de innovación tecnológica y de Internet en todo el mundo. En Europa, solo el 32% de los cargos de científicos o ingenieros está representado por mujeres. Si nos centramos en España, el sector de actividad empresarial femenina sigue abarcando sectores como turismo, servicios, comercios minoristas y, sobre todo, sector salud, donde la presencia femenina alcanza el 80%.

Es evidente que los roles asignados a los sexos siguen influyendo en decisiones individuales cruciales sobre cuestiones de educación, carrera profesional, organización del trabajo y familia. Debido a las tradiciones y estereotipos, se espera que las mujeres procedan a reducir sus horas de trabajo o a salir del mercado de trabajo para en un futuro, llevar a cabo el cuidado de niños o ancianos. Todas estas decisiones tienen un impacto en la economía y la sociedad.

Algunas ideas para empezar a cambiar las cosas

1. Crear ejemplos a seguir. Las mujeres, al igual que los hombres, necesitan del ejemplo de la vida real para inspirarlos. Además de conocer a alguien personalmente que pueda servir de ejemplo, los libros, los medios de comunicación, el cine y la televisión juegan un papel importante en la prestación de inspiración. En EE.UU. los programas de televisión, como La Ley de Los Ángeles, han inspirado a miles de jóvenes mujeres que están ingresando en las universidades de Derecho y Medicina. La inspiración puede venir de todo tipo de lugares. Quizás en España nos falte un poco de esta estrategia en el sentido de crear iconos de mujeres poderosas que sean ejemplos a seguir. La imagen de una mujer con poder o una mujer empresaria en el campo de la tecnología no está suficientemente representada en España.

2. Cambiar la cultura empresarial. Las conductas excluyentes de las empresas hacia las mujeres no sólo se eliminan con leyes, incentivos y sanciones. Hace falta, además, un cambio de cultura en la organización del trabajo que mejore la calidad de vida en la empresa y cuestione los modelos masculinos de entrega al trabajo, de forma exclusiva. Es clave, por tanto, crear entornos de trabajo humanizados dando respuesta a las necesidades de las personas.

3. Saber aprovechar por las empresas el punto de vista femenino. Una gran parte del poder de decisión de compra en el sector consumo está en manos de las mujeres. Quiénes mejor que ellas para diseñar productos y servicios que las mujeres quieren.

4. Financiación alternativa. El crowdfunding se está postulando como un medio, tanto para hombres como para mujeres, de recibir financiación de una forma equitativa y no sexista.
Las mujeres son una realidad en el emprendimiento en España. En un país en el que los hombres han liderado tradicionalmente el emprendimiento, con un 65% de los nuevos negocios frente al 35% de los fundados por mujeres, la diferencia se va acortando, pero, sin embargo, las mujeres no aparecen apenas en las listas de Top Influencers de emprendedores empresariales.

En países como Estados Unidos, apoyado desde las instituciones, existe un movimiento de concienciación y difusión de las mujeres de éxito en los campos de la innovación. Consideradas como ídolos y ejemplos a seguir, se está cambiando la imagen de la mujer de éxito, utilizando estrategias de comunicación alternativas, que proyectan a las mujeres de éxito como modelo a las jóvenes que estén planificando su vida profesional. En España falta aún mucho camino por hacer en este sentido. Lejos de las estrategias de marketing y relaciones públicas americanas, que utilizan a las mujeres de éxito como iconos, en España las emprendedoras de éxito siguen siendo unas auténticas desconocidas.